jueves, 30 de agosto de 2012

Apología a la tristeza


Las palabras surgen del aleteo
de mi pluma de color y sangre,
el viento y la noche
acompañan una noche solitaria,
mas bien un triste atardecer
que se pierde en un respiro
y aparece cuando todo está perdido.

Es la tristeza mi dulce néctar,
licor en las mañanas,
psicotropismo en las noches
del movimiento cósmico,
es que a veces ya no hay forma ni motivo
para una sonrisa,
en ocasiones el volar de tu espíritu
se pierde en absurdas palabras,
en miradas petrificadas
y la segregación de emociones fatales.

Ya no me consuelan las mentiras
ni las teorías de una nueva vida,
hace un tiempo que el silencio
viene con navajas que despedazan el alma,
silenciosos escenarios terrestres
sobre una sombría plataforma imaginaria,
sobre ella reposan las penurias
que parecen pétalos ensangrentados
y bañados en orgasmo.                                                                                       

Ya no encuentro mi consuelo,
ni siquiera creando universos
mi mente se tranquiliza,
es que el infinito ha ido perdiendo
su misteriosa forma,
es que la tristeza es mi compañera
en estas lunas de mediodía,
en estas sombras que iluminan
el incesante caminar de la muerte,
talvez  la tristeza es la vestimenta
que he de usar en estas noches-días. 

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