Las
palabras surgen del aleteo
de
mi pluma de color y sangre,
el
viento y la noche
acompañan
una noche solitaria,
mas
bien un triste atardecer
que
se pierde en un respiro
y
aparece cuando todo está perdido.
Es
la tristeza mi dulce néctar,
licor
en las mañanas,
psicotropismo
en las noches
del
movimiento cósmico,
es
que a veces ya no hay forma ni motivo
para
una sonrisa,
en
ocasiones el volar de tu espíritu
se
pierde en absurdas palabras,
en
miradas petrificadas
y
la segregación de emociones fatales.
Ya
no me consuelan las mentiras
ni
las teorías de una nueva vida,
hace
un tiempo que el silencio
viene
con navajas que despedazan el alma,
silenciosos
escenarios terrestres
sobre
una sombría plataforma imaginaria,
sobre
ella reposan las penurias
que
parecen pétalos ensangrentados
y
bañados en orgasmo.
Ya
no encuentro mi consuelo,
ni
siquiera creando universos
mi
mente se tranquiliza,
es
que el infinito ha ido perdiendo
su
misteriosa forma,
es
que la tristeza es mi compañera
en
estas lunas de mediodía,
en
estas sombras que iluminan
el
incesante caminar de la muerte,
talvez
la tristeza es la vestimenta
que
he de usar en estas noches-días.
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