jueves, 30 de agosto de 2012

Introducción al vuelo


El silencio es tu lenguaje,
las palabras son tus cárceles,
los murmullos son los gritos,
el cosmos es tu esencia,
las estrellas son tus alas.

Estira los brazos hacia el cielo,
los pies hacia el centro del universo,
la cabeza se desfigura hacia dentro,
las manos se empuñan hacia fuera,
los ojos miran hacia ellos mismos
y tu alma abandona por fin la materia.

Imagina el cielo acercándose,
visualiza tu cuerpo entre las nubes,
las mentiras se quedan en la tierra
y tus límites ya eran de otro tiempo.

El espacio es la eternidad,
el tiempo es la eternidad,
el vuelo es la eternidad,
las palabras son la eternidad,
la eternidad es en un segundo,
la eternidad son suaves formas imaginarias.

Olvida todo lo que sabes,
desde la ley de gravedad
hasta lo que significa volar,
olvida que quieres despegar,
abandona el deseo de surcar los cielos,
tan sólo observa tu cuerpo
desde alturas inimaginables,
tan solo observa tu alma
desprendida de la materia,
sólo observa la vida
sin cuestionar su arquitectura.

El hombre y el rostro


Es un día normal
en que el hombre abraza sus sábanas
como intentando asimilarlas,
se retuerce en la inmundicia
y en las flores posadas en su cama,
imagina el mundo a través de sus ojos
sintiendo el tiempo y el silencio,
crea la falsa felicidad
que ya bien formada posee,
ideas preconcebidas, universos mentales
que se expanden entre sus dedos,
y el bosque de cristal ilusorio
penetra en lo concreto del alma.                                                                                                                                                                                    

En ocasiones camina dormido,
tal vez siempre lo hace,
se muestra al mundo con un falso rostro
que en momentos despiadados
se refleja a través de un cristal,
una figura fantasmagórica
en el silencio petrificante,
la imágen de si mismo
en los ojos del prejuicioso observador,
el cual siente miedo y abandono,
y en un instante se cuestiona:
¿ Es que la arquitectura de mi vida
son horripilantes formas alucinatorias ?
responde que sí, que la vida
le ha dejado miles de espinas,
concluye que no, las heridas sangran
desde el propio objeto imaginario.                                                                                                                                                                                  

El fluir de los días lo atemoriza,
el reflejo en el espejo se va desgastando
y todos sus recuerdos representan
las prisiones en las que se halla su ser,
la guarida perfecta y oculta
ante el vaivén drástico de la vida,
prefiere vivir encerrado
y que las espinas no toquen su carne,
elije cerrar sus oídos para no mirar
a través de las palabras,
elije contraer su alma
y evitar que el silencio se expanda,
prefiere consigo un rostro adecuado
en vez de ser una estrella,
a veces le conviene ocultarse
y mirar a través del frío escenario,
juzgar el espectáculo,
esperando la inevitable muerte
que trae consigo las flores y el orgasmo
de una vida putrefacta. 

Tarde-Noche


El sol se esconde.
El bullicio de las calles
estropea las melodías en mis adentros,
el viento acaricia mi alma desnuda
prisionera de absurdas palabras,
es que las estrellas aún no se divisan en el cielo.

El sol se esconde.
Una mujer parecida a un abismo
observa sus manos
queriendo volver en si misma,
¡ Ah si tan sólo el silencio
pudiera llenar el vacío !

El sol se esconde.
Los árboles se mueven deliciosamente
mientras el día cae en penumbras,
oscuridad en las calles
y el despertar de un hombre
en el fluir de la ciudad,
¡ ah tan bella es su mirada !

El sol se esconde
como queriendo ser un niño,
las nubes viajan en el tiempo,
parecen obedecer mi pensar,
me mimetizo en el crudo cemento
y el ruido me ayuda a olvidar,
tenue resplandor de luna,
sombras entre las estrellas,
silencio entre la fría ciudad,
y mi despegar cada vez
es más inducido.

El sol se esconde en mi alma
como la incógnita en la ecuación,
como el secreto
en los labios del sabio,
como las hojas
que acarician mi ser.

El sol se esconde
y a veces no lo miro,
el sol se esconde
y la vida se me escapa.

Desencuentro


Cuando miro los ojos tallados en el sol de mediodía, recuerdo aquello que siempre me decías al despertar, todo era confuso en nuestros cuerpos, hasta las arañas en las paredes lo sabían, y nos espiaban mientras las lágrimas palidecían, a veces exploto en tus manos cuando me tocas, tal vez no debieras nunca volver a hacerlo, al menos no con esas manos, ni con esos ojos, ni con ninguna parte de tu cuerpo, de mi cuerpo, nuestros cuerpos.

Las flores crecían en las macetas, robustas y orgullosas de tanta luz acumulada, tanta vida, de tanto llanto. No dejes de mirarme me decías, no dejes de abrazarme hasta que el dolor me abandone por completo, no dejes de asesinarme nunca, sobre todo mientras me cubres con palabras y agonía.
Así pasaron muchas vidas, cada día era toda una vida juntos, cada noche los sueños se juntan para dar a luz nuestros rostros.
Confundido me encontraba entonces, es cierto, ahora que nuestros caminos se dispersan me siento perdido y exhausto, me liberaste a la fuerza, sin preguntarme si quería ser libre, pues ahora que hago con mis manos, con mi cuerpo, con las lágrimas hasta la sangre.

No es cierto que la vida acaba, ni menos aún que la muerte es una especie de comienzo, lo único cierto son las arañas, las que nos espiaban y conocen todos nuestros secretos, ellas saben que un día nos dijimos : cuando sea la hora, mis manos dejarán las tuyas para nunca volver a encontrarse.

¿ Hacia dónde ?

Hacia dentro,
hacia mi mismo.

Pero no,
últimamente sólo hay llanto.





El escritor maldito


El patético escritor sombrío
no encuentra la calma en la inmensidad de la noche,
escribe falsos poemas repletos de fantásticas melodías,
ya es de madrugada, 
no logra concebir el sueño
y el espejo le entrega un nefasto silencio,
su pecho vacío,
sus ojos de materia oscura,
las manos ensangrentadas de tinta
y la vida se esconde entre miles de versos.

Muéstrame como puedo esperarte esta noche
sin tener nada para decirnos,
revélame el secreto de aquellas historias
que nunca fueron contadas, 
es la palabra el obstáculo
tras aquella fría sombra inconclusa,
es la osadía de mis sueños robados
la que trasluce mis ojos y el tiempo.

En este cuaderno quiero decirte
que tu mundo no es más que sombras,
quiero explicarte la oscuridad de la noche
mientras el sol ilumina los valles.

Voy a decorar el mundo con mis sueños,
esos que desterraste una tarde de lluvia
mientras mi cuerpo se acercaba al profundo vacío,
fue así como en estado de trance
te encontré en una noche de otoño,
soledad de fríos átomos y sueños,
las manos anchas y espesas,
y la dulzura entre cada suspiro.

Bellas uvas verdes decoraban el mudo silencio,
mientras,
la poesía desangra las paredes ásperas del alma
de un solitario escritor maldito,
pues el verso ya no sale de sus líneas,
ni menos aún del fluir del lápiz,
la esencia se impregna en sus manos
y en sus negras pupilas,
la tristeza permanece oculta,
aún cuando las lágrimas rojas y sucias
se mezclan en sus viejos cuadernos.


Reflexiones sobre la mortalidad


Reflexión 1. Una razón para morir

Me despierto temprano
sobre el húmedo pasto,
mis manos temblorosas
repletas de mi propias sangre,
las drogas me satisfacen a veces
sobre todo cuando olvido como abandonarme,
olvido como desprenderme
y que mis ojos vuelvan a ser
aquellos grises fugitivos nocturnos,
aquellos fantasmas que por las noches
envuelven mi opaca calma,
aquellos temores de eternos viajes
a través de mi mismo.

Me levanto y camino
por las desoladas calles,
el hambre tastorna mis sentidos,
el silencio es algo que siempre me he negado,
la calma,
la certeza de ser yo mismo
entre mis húmedas manos ensangrentadas.

Reflexión 2. El caos es mi compañía

Varias veces desparramé mi odio
sin que nadie lo pidiera,
muchas veces lloré tu ausencia
y tu frágil muerte inmerecida,
si lloré,
a pesar que quizá no existías,
a pesar de que te inventé en un sueño
del que no suelo despertarme.

El caos es mi compañía,
la inseguridad inunda mis ojos
y la calma es una lejana estrella,
la paz interna es exiliada
de los rincones de mi propia alma,
de tu alma,
nuestra alma.

Reflexión 3 . La vida puede ser tu cárcel

Prisionero de mis propias palabras,
esclavo de utópicas ideales,
adaptado completamente
a una sociedad cada vez más enferma,
sumergido en mi propia tristeza,
abandonado en la fría ilusión,
perdido en la miseria
de mis ojos y los tuyos.

Reflexión 4 . La vida y la muerte

Observaré mi vida
en una inducida meditación,
calmaré mi ansiedad
cuando mis ojos ya no miren
a través del cristal,
hablaré de mi esencia
con fantasmas que caen a mis manos,
escupiré mi inocencia
cuando mi alma abandone mi cuerpo.

La vida es aquí en mis manos
en la forma de un negro pájaro,
la muerte le corta sus alas
y desangra sus ojos grises,
el pájaro se escapa
y vuela muy lejos,
tan lejos adentro mío,
la muerte espera silenciosa
que la vida abandone su vuelo,
el suicidio ya casi nos convence,
pero no,
la muerte sólo llega,
cuando el pájaro se desprende de sus alas
y la vida abandona las metáforas.


Los amantes a través del cristal


Es el día en que los amantes descubren sus rostros
mientras sus manos abrazan el miedo,
preguntas sobre lo incierto
apuñalan sus distorsionadas concepciones,
batalla de imágenes entre ellos mismos
es el formato de su autodestrucción,
palabras que surcan el odio
acumulado en los volátiles ojos de ella,
palabras que opacan la luz
en sus tristes besos fugitivos.

Los amantes se miran
a través del  cristal, 
el amor se rodea de espinas
que desangran las grises tardes juntos,
el silencio a través de sus miradas
provoca un profundo quiebre,
el abismo al estirar sus brazos
los envuelve en penumbras y lágrimas,
los falsos besos son el reflejo
que se observa en el bien logrado espejo.

Los amantes se miran
a través del cristal,
derraman su inocencia
sobre una fría tarde de primavera,
ella se despide,
él se aproxima lentamente 
hacia el útlimo suspiro,
espera el olvido de una vida
de contrastes y matices,
tan densos, tan escalofriantes,
que hasta aquella última sonrisa
se disfraza en una bella máscara.

Los amantes se miran
a través del cristal,
fue una vida de pétalos de lujuria
dispersos por los cielos,
una vida de crímenes fantásticos
contra la esencia humana,
una vida de sombras y lunas
desvestidas ante el arrogante espejo,
el tiempo se mantiene estático,
tan volátil, tan incierto, son las
últimas palabras entre los amantes:
- ¿ alguna vez te sentiste solo ? 
- la vida misma  es una ruta solitaria
- entonces, ¿ puedes mirar a través 
del cristal ?
- algunas veces, pero sólo en los sueños,
 en aquellos en que mis ojos son las verdaderas tumbas.
- ¿ Crees que alguna vez nos volvamos a ver ?
- No lo sé, pero te prometo que inventaré un mundo
en que nuestros ojos se encuentren a través del cristal.


Un viejo cuaderno


Una vez más frente al papel,
nuevamente envuelto en nostalgia
de aquellos sueños que se esfuman,
otra vez pensando en voz baja
atrayendo una gris porción de cielo,
es la vida la que se escapa,
son las palabras nubes de fuego
entre miles de vidas pasadas.

Deja que la cordura se evapore
y la locura me vista de hojas,
deja que mis manos atrapen tu vuelo
y mi cuaderno estrangule el silencio.

Una vez más fente al papel,
las ideas se envuelven en humo
y se mezclan en negros espirales,
¡ es la poesía maldita
aquello que busco en tus ojos ! ,
es el sangrar de tu alma
la  inspiración en este viaje.

El viento acaricia mi rostro
y la tarde penetra mis sueños,
el lápiz domina la ilusión
y a veces creo vivir en mi fraseo,
estúpidas líneas las que escribo,
malditas historias fantásticas
de mundos inexistentes,
siempre hablo de cosas que no existen,
aunque a veces,
mi cuaderno suele darme 
momentos de triste sobriedad,
tal vez mi verdadero yo
se esconde entre sutiles metáforas,
tal vez mi verdadero mundo
se oculte en un viejo cuaderno.

Canción de amor


Voy a escapar lejos
del cuerpo que he heredado,
voy a escupir al cielo
intentando colorear las estrellas,
voy a besarte en un parpadeo
y mis palabras serán tu cárcel,
voy a dormir entre tus ojos
rodeado de árboles y viento.

Quiero enredarme entre tu pelo
y simular que no existe la muerte,
quiero extender mis manos hacia
la misteriosa eternidad,
quiero sucumbir ante el silencio
de tus labios bien cerrados,
quiero estirar mis manos hacia dentro
y arrancar un flor plástica primaveral,
¡ ah si tan sólo la carne
no fuera un velo tan denso !

Voy a mirarte mientras duermes,
voy a mentirte cuando callas,
voy a escapar hacia tu cuerpo
cuando el dolor aflore en mi pecho,
voy a escabullirme entre tus manos,
voy a pisotear las alas de la desesperanza,
voy a dibujar tus pupilas
en lo profundo de mis pensamientos,
voy a trasmutar tus sentimientos,
voy a llevarte lejos de tu cuerpo,
voy a terminar con tu amargura,
voy a asesinarte sin pensarlo.


Un viejo cuaderno


Una vez más frente al papel,
nuevamente envuelto en nostalgia
de aquellos sueños que se esfuman,
otra vez pensando en voz baja
atrayendo una gris porción de cielo,
es la vida la que se escapa,
son las palabras nubes de fuego
entre miles de vidas pasadas.

Deja que la cordura se evapore
y la locura me vista de hojas,
deja que mis manos atrapen tu vuelo
y mi cuaderno estrangule el silencio.

Una vez más fente al papel,
las ideas se envuelven en humo
y se mezclan en negros espirales,
¡ es la poesía maldita
aquello que busco en tus ojos ! ,
es el sangrar de tu alma
la  inspiración en este viaje.

El viento acaricia mi rostro
y la tarde penetra mis sueños,
el lápiz domina la ilusión
y a veces creo vivir en mi fraseo,
estúpidas líneas las que escribo,
malditas historias fantásticas
de mundos inexistentes,
siempre hablo de cosas que no existen,
aunque a veces,
mi cuaderno suele darme 
momentos de triste sobriedad,
tal vez mi verdadero yo
se esconde entre sutiles metáforas,
tal vez mi verdadero mundo
se oculte en un viejo cuaderno.

Apología a la tristeza


Las palabras surgen del aleteo
de mi pluma de color y sangre,
el viento y la noche
acompañan una noche solitaria,
mas bien un triste atardecer
que se pierde en un respiro
y aparece cuando todo está perdido.

Es la tristeza mi dulce néctar,
licor en las mañanas,
psicotropismo en las noches
del movimiento cósmico,
es que a veces ya no hay forma ni motivo
para una sonrisa,
en ocasiones el volar de tu espíritu
se pierde en absurdas palabras,
en miradas petrificadas
y la segregación de emociones fatales.

Ya no me consuelan las mentiras
ni las teorías de una nueva vida,
hace un tiempo que el silencio
viene con navajas que despedazan el alma,
silenciosos escenarios terrestres
sobre una sombría plataforma imaginaria,
sobre ella reposan las penurias
que parecen pétalos ensangrentados
y bañados en orgasmo.                                                                                       

Ya no encuentro mi consuelo,
ni siquiera creando universos
mi mente se tranquiliza,
es que el infinito ha ido perdiendo
su misteriosa forma,
es que la tristeza es mi compañera
en estas lunas de mediodía,
en estas sombras que iluminan
el incesante caminar de la muerte,
talvez  la tristeza es la vestimenta
que he de usar en estas noches-días. 

Introducción a la mortalidad


Un día sin cristales ni diamantes,
una emoción que se escapa
y se desvanece en una mirada,
el fino sentido del ego
que por un momento se pierde,
extraviado junto al miedo,
entre el horror y el silencio,
entre sombras y tus ojos terrestres,
a través de un cristal atroz
con millones de rostros muertos,
¡ ah el temor a sus propias miradas !
bañadas en palabras burdas
que a veces se parecen al amor.

El instante se mantuvo agitado,
el fino hilo entre la vida y muerte
es un formulario incomprensible,
el bosque lleno de tormenta
se transforma en una sombra oscura,
me pierdo en un grito
que despedaza el alma,
o tal vez la repara,
tal vez no es ninguna cosa,
quizás la inminente muerte
no ha sido suficiente,
tal vez la vida se escapa entre las manos,
perdida en el éxtasis
de la oscura carne de ilusiones.

Gritos desde adentro,
sombras en la emoción
antes del fin,
me pierdo en la ilusión
sin saber qué hacer,
a veces me encuentro sin buscarme.

¿ Cómo hemos llegado a construir
un valle de trampas mortales ?,
es que a veces el silencio
dice mucho en un segundo,
a veces un fragmento de tu vida
es la totalidad en el espectáculo.

En ocasiones el viento sopla tu pelo,
y la sangre, ¡ oh la sangre !,
es la muerte a presión en tus venas.

Esta noche un asesino golpea tu puerta,
no dudes en abrir ni por un segundo,
ya no convienen las mentiras
cuando todo está perdido,
se avecina el fin del espectáculo,
del show de máscaras y disfraces,
aflora la esencia moribunda,
¿ porqué nunca te hablé
de mariposas y de sangre ?.

El término de una vida
que casi no se manifiesta,
una vida vacía y sin peligros,
mirada desde un agujero fantástico,
o tal vez dos,
de cualquier modo la vida termina
antes de que sus pétalos florezcan.




Mira mi rostro húmedo
de palabras y flores rotas,
oberva mi vida tras la ventana
y siembra un árbol frente a mis ojos,
quiero que el tiempo sea un libro
con muchas historias de viajes.

Deja que mis manos estrangulen tu cuello
mientras mi alma te besa en silencio.

Son mis ojos un verdadero abismo,
son tus falsos labios una alegoría
de aquellas festivas lunas de mediodía,
es tu esencia la ecuación de la vida
prisionera en una absurda logística,
son mis manos las que buscan
y escarban en tus adentros,
son mis manos las que tapan el sol
cuando el mundo cae en tinieblas.

Mejor me sentaré sobre mis pensamientos
y el universo será mi cárcel,
mejor dibujaré estrellas en tus ojos
mientras tu mente imagina melodías,
mejor despertaré del triste sueño
para que la lucidez me agivie,
mejor explotaré en un suspiro
y el ruido estallará en tu corazón,
mejor me mimetizo en el rojo
de tu sangre a contraluz,
mejor me estiro hacia tu alma
y me sujeto hasta el término del día,
mejor asesino la vida
en un espléndido acto suicida.