Estático.
Vaciando
mi mente
sobre
un libro de ciencia,
la
vida me entristece
ante
verdades tan vagas,
el
viento acaricia las mentiras
derramadas
en el piso,
evidencia
de plásticas formas
que
se ocultan tras una fría máscara.
A
veces quisiera correr por los cielos
descifrando
el mundo al revés.
Somnoliento.
La
hipnosis a mi mismo
me
resulta de un agrio sabor,
el
viaje hacia dentro
se
vuelve una cámara oscura,
las
paredes metálicas
son
duras y orgullosas,
el
suelo se eleva al techo
y
mi alma es cada vez más reducida.
A
veces quisiera correr por los cielos
descifrando
el mundo al revés.
Contracturado.
El
autoespionaje
hace
temblar a la esencia,
los
músculos se contraen
y
extorsionan el corazón etérico,
es
que el fluir de mi vuelo
es
cada vez más artificial,
es
que cada vez aumento mi fé
en
las cadenas imaginarias,
tal
vez soltarse a volar al viento
es
un peligroso viaje sin retorno,
tal
vez desprenderse del cuerpo
es
un acercamiento a la mortalidad.
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