Cada
segundo es el momento
de
lanzarse al abismo,
el
incierto futuro es lo que espera
en
el fondo de sus dominios,
un
futuro que no existe
en
las verdades universales,
secuencias
paulatinas
como
el fluir de un pentagrama
es
lo que me impulsa hacia el abismo,
millones
de ideas y conclusiones
prisioneras
en un mundo subconciente.
Casi
actuando por inercia
es
el fluir de mi plástica alma,
mi
ser es del más duro metal
que
refleja los escenarios posibles,
universos
mentales camuflados
en
misterios atómicos,
posibles
eventos mundanos
atormentan
mi mente,
catástrofes
emocionales tan vanas
y
superficiales que generan un profundo quiebre,
la
esencia ya no es de luna
y
los astros no reflejan sus colores.
Miro
hacia el sombrío abismo
y
la ecuación es tan perfecta,
infinitas
formas de equilibrio
en
el objeto imaginario,
en
esta realidad tan cristalizada
y
de fantásticos sabores,
de
una oscuridad fantasmal
y
un suave licor de dioses,
cualquiera
la forma de equilibrio
es
un ilusorio escenario escogido,
un
mecánico funcionamiento
en
la penumbra del cosmos.
Esta
es la arquitectura escogida,
es
el mundo como un reflejo,
el
pensamiento como formas atómicas,
la
vida es a través de tus ojos,
las
lágrimas son la sonrisa,
y
la muerte, es sólo otra incógnita.
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